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Principiante

Por qué los lentes fijos NIKKOR son mis principales compañeros de viaje

Los fotógrafos de hoy viven en la época del zoom. Con un lente 28-300mm, puedo explorar los tranquilos pasajes empedrados de Italia o seguir sigilosamente a los monos aulladores en la selva costarricense. Ya que no tengo que cambiar los lentes, no me preocupo por perder fotos. Excepto por las imágenes extremas en gran angular, tengo el lente adecuado para este trabajo.

¿O no?

Mi carrera como fotógrafo comenzó dentro del periodismo, y los periodistas intrépidos solían adoptar un enfoque diferente por aquel entonces. Los lentes fijos eran los favoritos. Henri Cartier-Bresson y Robert Capa lograron imágenes icónicas y galardonadas usando lentes de distancia focal fija, como los 50mm. A pesar de que no podían realizar zoom, sus imágenes eran increíbles. Hace poco me preguntaba si los lentes con zoom habían creado una raza de fotógrafos que confiaban solo en apuntar y realizar zoom, en lugar de moverse hacia el lugar adecuado para lograr una mejor composición.

Así que me propuse encontrar la respuesta.

El Experimento Patagonia

Hace más de 20 años que viajo a la Patagonia para dictar talleres y tomar fotos de maravillosos y ventosos paisajes, de glaciares color turquesa y de la rica cultura de los gauchos. En los últimos viajes, llevé mis lentes NIKKOR con zoom favoritos (14-24mm, 24-70mm y 70-200mm); todos son lentes de f/2.8. Cuando revisé los metadatos, confirmé que había tomado casi el 85 % de las imágenes con esos tres lentes.    

Pero en mi último viaje, probé hacer algo diferente. Decidí dejar todos los lentes con zoom en casa y llevé solo lentes fijos: el 20mm f/1.8, 35mm f/1.4, 50mm f/1.8, 85mm f/1.4, 105mm f/2.8 y 300mm PF f/4. Así que, en vez de llevar tres lentes con zoom y un teleconversor de 1.4X, subí al avión con seis lentes fijos.

Y sé lo que está pensando, yo pensaba lo mismo: ¿y el peso? Siempre es mejor que la carga sea liviana al momento de empacar el equipo fotográfico, y me preocupaba que llevar los lentes fijos en lugar de los lentes con zoom hiciera más pesado el equipaje de mano. Pero me sorprendí gratamente al descubrir que los seis lentes fijos pesaban unos 450 gr menos que los lentes con zoom y el teleconversor.

Prueba de campo

Así que iba más liviano; en la mayoría de los casos, más rápido; con una variedad versátil de distancias focales. Fue un buen comienzo, en teoría. Lo que realmente importaba era el rendimiento en el campo. ¿Usar lentes fijos ayudaría, perjudicaría o resultaría indiferente para mis fotografías en este viaje a la Patagonia?

Durante el primer día de taller en Argentina, fotografiamos a dos increíbles campeones de tango en coloridos ambientes de todo Buenos Aires. Los bailarines desplegaron su danza lentamente para permitir que los integrantes del grupo tomaran unas fotos fantásticas. Comencé con mi lente de 35mm y, de inmediato, sentí las limitaciones que se presentaban al tomar fotos con una distancia focal fija. Estaba logrando tomas increíbles, con fondos coloridos detrás de los bailarines, pero me estaba perdiendo las tomas más reducidas. Si hubiera tenido mi 24-70mm, hubiera podido lograr ambas tomas.    

Pero cuando cambié al 85mm, en efecto, pude acercarme y disparar ampliamente a f/1.4 para difuminar el fondo, lo que fue, en verdad, una ayuda. Por un lado, había algunos edificios interesantes detrás de los bailarines, pero, por otro, los balcones y las ventanas se mezclaban con los bailarines y creaban imágenes abarrotadas. Al realizar tomas a f/1.4 pude difuminar el fondo lo suficiente como para eliminar las distracciones. Ninguna otra apertura hubiera funcionado tan bien como la de f/1.4 para crear este hermoso efecto bokeh y la separación del fondo.

Movimiento continuo

A medida que pasaba el tiempo, se evidenció una realidad acerca de los lentes fijos: te tienes que mover mucho de un lugar a otro. Si quiere realizar un zoom, debe acercarse caminando.

Al principio, extrañaba realizar acercamientos y alejamientos desde un mismo lugar, pero a medida que empecé a moverme más para conseguir el ángulo adecuado con los lentes fijos, empecé a ver nuevas perspectivas y nuevos ángulos que no hubiera visto si hubiera estado realizando zoom desde un solo lugar. Esto me pasó especialmente con los lentes de 20mm, 35mm y 50mm. A pesar de que los lentes con zoom de telefoto eran buenos para ampliar o achicar rápidamente las imágenes de la vida salvaje, cambiar de posición con distancias focales de 20mm, 35mm y 50mm tuvo muchísimas ventajas. Me encontré tomando fotos desde perspectivas que nunca había visto en mis viajes anteriores a la Patagonia, y mi álbum comenzó a llenarse de imágenes y sensaciones diferentes.

Fotos de las estrellas

La Patagonia es una vasta área del sur de Chile y Argentina que está escasamente poblada. Se ven grandes ranchos, llamados estancias, esparcidos a lo largo de colinas onduladas, praderas y picos escarpados. Debido a que hay muy poca contaminación lumínica, las fotografías de las estrellas salen espectaculares.

Tomar fotos con poca luz, o de noche, es un beneficio reconocido que ofrece el uso de los lentes fijos luminosos. Enfocar con poca luz con un lente f/1.4 en comparación con uno f/2.8 lo demuestra, ya que el f/1.4 deja pasar dos puntos más de luz, lo que permite que la cámara enfoque con menos luz y dispare con velocidades de obturación más rápidas.

Me gustó mucho usar el 20mm f/1.8 para fotografiar las estrellas de la Patagonia. La Vía Láctea era brillante y fácil de visualizar en el visor óptico, lo que facilitaba las composiciones. Y fotografiar con velocidades de obturación más rápidas significaba que podía reducir el efecto del movimiento de las estrellas durante exposiciones relativamente prolongadas.

La conclusión sobre el lente fijo

Después de dos semanas de tomar fotos en la Patagonia con lentes fijos, regresé a casa con hábitos fotográficos distintos. Me había movido por todos lados, había encontrado nuevos ángulos y había capturado mejores retratos. Quedé encantado con el hermoso y espeso bokeh que se lograba al tomar fotos con una apertura amplia de f/1.4, algo que ninguno de mis lentes con zoom podría igualar. Tomar fotos con poca luz fue más fácil que nunca, y el rendimiento del enfoque automático fue de excelente a superior.

Bueno, lo admito, me perdí la versatilidad que ofrecen los zoom y, a decir verdad, me perdí algunas tomas sin esos lentes. Pero los lentes fijos me ofrecieron opciones y oportunidades que no me podrían haber ofrecido los lentes con zoom.

Ya estoy planificando mi próximo viaje a la Patagonia. Esta vez llevaré una combinación de lentes fijos y con zoom. Tomaré la mayoría de los paisajes y retratos con lentes fijos, y para las tomas más largas, tendré el 70-200mm f/2.8 y el teleconversor de 1.4X junto con mi NIKKOR 300mm PF f/4.

La mejor opción de lente fijo dependerá de lo que quiera fotografiar, pero le sugiero que si quiere ver lo que le puede ofrecer un lente fijo, comience probando un 50mm f/1.8. Es una gran herramienta y ofrece las ventajas de ser liviano, ofrecer una gran nitidez y brindar un gran rendimiento con poca luz.

Creo que, al igual que yo, apreciará y disfrutará las ventajas que ofrece un lente fijo, con un poco de ayuda de un zoom o dos.